miércoles, 20 de febrero de 2019

Las causas del desconcierto .Fabían O.Iriarte y Rufino Tamayo / Una nota de Alicia Gallegos


Leí el libro  Las causas del desconcierto de
Fabián O. Iriarte, deteniéndome  en cada poema, como si fuese un libro conformado por piezas independientes entre sí y aunque no es totalmente así,la lectura funcionó.El libro me encantó y como resultado de un buen encantamiento, así medio embrujada me puse a pensar.
 Fabián Iriarte es hace mucho tiempo uno de los poetas importantes del panorama nacional,traductor exquisito,  con varios libros publicados a lo largo de su vida,quien quiera profundizar se puede plantar ante su obra  , ir más allá.
En mí, un deseo inquietante de saber algo más acerca de su poética y la sensación de que había  algo para desentrañar. ¿Un enigma? ¿Una huella digital ?¿Cómo construye sus poemas?
Quise saber  algo del porque y cómo, pero sin preguntarle al autor.
  
Muchos o ¿todos? los poemas hacen referencia a algún artista, algún hecho cultural, algún acontecimiento, circunstancia. En algunos poemas esa referencia es explicita y en otros no, hay una especie de complicidad con el lector, una relación en la cual los que leemos participamos de diferentes maneras.
Si lo trasladáramos a lo coloquial sería como conversar con un amigo que no te explica todo, no es "una mamá buena" que te da todo en bandeja, todo "masticado",es como si a veces tuviese ganas y paciencia de dar más y a veces menos y entonces : "curtite, baby, entendendiste lo que entendiste, bueno, está bien" 
No le interesa ser entendido todo el tiempo y de esa manera habla, construye y da lugar para que el otro escuche y construya.

En la página 34 aparece el poema Rufino Tamayo, el poema describe, interpreta o poetiza sobre  uno de los cuadros del pintor mexicano , El hombre (1953) , el cuadro está o estuvo en el museo de Dallas.



Rufino Tamayo




El hombre (1953)
Dallas Museum of Art.




El hombre es triangular. Una centella o un rayo
lo alcanzará en pleno pecho y acabará con él.
La noche entera está eléctrica.

Fugaz y azul se ve la luna. El esquema del universo
se dibujó hace millones de años, entre líneas
con ángulos rectos y agudos como el signo mayor.

El hombre sale de sí mismo. El triángulo era prisión.
Busca su lugar, su raza el color ocre tostado,
su irrompible atadura a la tierra. Se atenúa la forma
a medida que asciende, decidido a atrapar los cometas
que van a estrellarse.

El hombre es un indio zapoteca. Su vida es fugaz,
su marca el cráter en la tierra, sus aspiraciones
giran en torno al horizonte redondo del planeta.
Los ángulos se han desprendido, la noche estallará.




¿Por qué Fabián dedicó un poema a un cuadro de Tamayo ? 

La obra de Tamayo no siempre tiene la intención de representar algo, su forma de analizar las cosas consiste en la destrucción de lo real para pasar a la recomposición de sus elementos.
Encuentro que el poeta Octavio Paz dedicó varios textos al arte de Tamayo, de ellos extraigo: 
“El elemento reflexivo es la mitad de Tamayo: la otra mitad es la pasión”. 
“Pintura dual que sólo alcanza la unidad para desgarrarse y de nuevo volver a reunirse. La vitalidad del arte de Tamayo depende de la convivencia de estas dos tendencias”.
"Su búsqueda pictórica y poética ha sido de tal modo arriesgada y su aventura artística posee tal radicalismo, que esta doble independencia lo convierte en la oveja negra de la pintura mexicana." 
"La integridad con que Tamayo ha asumido los riesgos de su aventura, su decisión de llegar hasta el límite y de saltarlo cada vez que ha sido necesario, sin miedo al vacío o a la caída, seguro de sus alas, son un ejemplo de intrepidez artística y moral."
"La pintura de Tamayo no es una recreación estética; es una respuesta personal y espontánea a la realidad de nuestra época. Una respuesta, un exorcismo y una transfiguración. Incluso cuando se complace en el sarcasmo, esta pintura nos abre las puertas de una realidad, perdida para los esclavos modernos y para sus señores, pero que todos podemos recobrar si abrimos los ojos y extendemos la mano. El cuadro es el lugar de reunión de muchas fuerzas. Como el poema, la pintura está hecha de enemistades y reconciliaciones, rimas, correspondencias y ecos. No es un mundo privado, sino el espacio propicio al encuentro: es un sitio de comunión. “La poesía", escribió hace años, “intenta volver sagrado al mundo. De allí el recelo con que la han visto iglesias, capillas, sectas y partidos políticos. Mediante la palabra el poeta consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y la mujer, la naturaleza o su propia conciencia". Tamayo ha redescubierto la vieja fórmula de consagración.
El crítico estadounidense  Stanton L. Catlin  percibió que si Rivera miraba dibujando es evidente que Tamayo miraba imaginando y transfigurando. No era el parecido sino la sensibilidad y la invención lo que él manifestaba a través del trazo. Quería, y así lo hizo, interpretar el entorno y el universo a su manera. Cuando Catlin pudo ver en retrospectiva la obra de Tamayo en el Museo Guggenheim de Nueva York en 1979 escribió que en el mundo de Tamayo, donde las fuerzas interactúan, el hombre está colocado en el centro de un conflicto entre la naturaleza terrestre y la naturaleza del universo, ese espacio contemporáneo astrofísico, mundo de Tamayo donde se oyen voces místicas originadas en un instinto muy antiguo.  Dentro de este espacio cósmico tamayano, las tensiones y sensaciones nerviosas llegan a extremos de placer y de dolor. Catlin reconoció en Tamayo un esfuerzo máximo por hacer comprensible el entorno humano, pero dejando un margen muy amplio para la contradicción y el conflicto sin fin, porque nada ha sido resuelto definitivamente.
Así lo entendía Tamayo cuando afirmaba: “La cultura ha rebasado los límites del espacio, está rebasando los del espíritu. Gracias a ello el hombre es hoy más humano".

Leyendo todas estas consideraciones acerca de Tamayo , casi todas o todas extraídas de un ensayo de Raquel Tibol, compruebo que muchas de ellas (las que destaqué en negrita) podrían extrapolarse del universo de Tamayo al universo de Iriarte y comprobaríamos mi hipótesis : Son dos artistas con una huella digital similar.







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