3 POEMAS
No me interesa saber de tus amores
bautizados por el mar,
tampoco de las horas con que zurces
ese roto que dejamos.
Es apenas brisa lo que ahora sopla
y por más que subamos
de nuevo a la montaña
no bramarán las cumbres invitaciones a lo salvaje:
ya dimos muerte a cuanta quimera fue posible y demostramos
que los hombres se parecen a las bestias.
Ya aprendimos a escribir
muchos poemas en un poema,
a tejer lo discontinuo
y no me interesa saber
de nosotros
lo que fue:
si acaso el hueso de un fósforo apagado,
una niebla que se pierde entre la niebla.
* * *
El espejo no es ya mentira
sino la complicidad
entre mi cuerpo y el mundo.
Soy real,
tan real como estas manos y estos versos.
Ahora descansa la transparencia
de una mañana de caracoles;
atrás todas las casas,
todas las ventanas que cerré
para que no se apagara el fuego,
no se fueran los invitados.
Atrás todo el invierno.
¿Y yo?
¿Dónde quedaba yo?
* * *
Es el sol pero no quema.
Es la luz filtrada por las hojas del jardín
o acaso la cercanía de una playa,
el encuentro impaciente entre el cuerpo y el agua.
Es el sol pero no abrasa.
Es la luz cosiendo lentejuelas en la superficie de un
estanque
donde hundo mis manos,
donde apago mi sed.
Kelly Martínez
(1980),
Licenciada en Artes y Magister en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela donde fue profesora en la Escuela de Artes, durante siete años.
También trabaja como fotógrafa y asesora de proyectos culturales. Actualmente reside en Los Estados Unidos.
Licenciada en Artes y Magister en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela donde fue profesora en la Escuela de Artes, durante siete años.
También trabaja como fotógrafa y asesora de proyectos culturales. Actualmente reside en Los Estados Unidos.
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