viernes, 30 de noviembre de 2012

JAVIER GALARZA / SIN MEDIDA

JAVIER GALARZA
SIN MEDIDA



estas sombras adheridas a nuestras pieles
de caricias sin medida en distancias cuerpos luz
dan medida de nuestro desamparo?
pasada la primavera con su ensueño de promesas
y la celebración de los cuerpos del estío
aún estarás aquí cuando llegue el otoño?
y cuando ya nada cobije
y las sombras caigan sobre casa
qué contendrás
qué abarcarás
de este cuerpo que se duele en los inviernos
y te tiembla porque sí




J.G.
(De El silencio continente, 2008, Libro III, De los cuerpos del amor, parte II)







Escribe Hannah Arendt en Vita activa: “En la pasión con que el amor aprende solamente el quien del otro, se deshace como en llamas el espacio intermedio del mundo, por el que estamos unidos con otros y a la vez separados de ellos. Lo que separa a los amantes del mundo común es el hecho de que ellos carecen de mundo, de que el mundo entre los amantes está quemado”. (1) (2) El amor sin testigos que Arendt mantuvo con Martin Heidegger. Quizás la filosofa hubiera adherido a aquel poema que Paul Celan escribió para Ingeborg Bachmann: “Es hora de que se sepa./ Es hora”. Leemos estos versos en un poema escrito por Arendt durante el tiempo en que fue amante del filósofo alemán: “¿Por qué me das la mano/ con timidez y escondido?/ ¿Vienes de país tan lejano/ que desconoces nuestro vino?”. La ambiciosa mujer de Heidegger, Elfriede, cuidaba la reputación de “la familia” y no veía con buenos ojos que las estudiantes se acercaran al profesor. Mantuvo especial distancia con Arendt, por la evidente preferencia que Heidegger sentía por ella y por el hecho de que Hannah era judía. Testigos para el amor. Constancia o evidencia de la pasión o del crimen

J.G.

1. Escribe Rilke en La séptima elegía: *En ningún lugar, amada, existirá el mundo sino adentro./ Nuestra vida avanza transformando. Y decrece cada vez/ más lo de afuera, hasta la insignificancia. 

2. Jean Starobinski tiene un ensayo sobre Bonnefoy donde refiere la insistencia de la palabra “mundo” en el poeta. Da como ejemplo el epígrafe de Hölderlin que Bonnefoy utiliza en su libro, Desierto ayer reinante: “Deseabas un mundo, por eso tienes todo y no tienes nada”.

P.D: La historia como un inventario de deseos. La historia en todos los cuerpos



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