lunes, 19 de febrero de 2018

MARÍA AUXILIADORA BALLADARES / 3 Poemas de GUAYAQUIL


A mí también me gusta Marosa di Giorgio

“En esta foto somos hermanas”
Ya sabes que me gusta montarte
Con desesperación
Y en cualquier lado
Que un comentario así
Solo responde a
La necesidad de ser sórdida
Que se instala entre una sien y otra
O quizás niega la posibilidad
De un incesto aún más tremendo
-barbaridad-
Que seas tú mi madre
Que la vagina que me parió sea la misma
En la que mis dedos juegan
Y mi boca
Y mis senos
Y mis pies
Y mi puño
¿Madre o hermana?
A veces madre
A veces hermana
Insensatez desear lo que ya se tiene
Melancolizar en torno a la persona que está al lado de uno
Comiéndose las uñas
Yo a veces me las corto pensando
Que quizás te penetre por atrás con uno de mis dedos
Y que no quisiera lastimarte
Solo que sientas mis yemas
Como si el mar te invadiera hacia dentro
Yemas como mar como balas
No tenemos fotos de nosotras en el agua
Yo apenas los recuerdos de tus piernas
Y de tu humedad tras la boya
Tú quizás recuerdas
Que sé nadar como un pez
Y que de todos prefiero el estilo libre
“En esta foto somos hermanas”
¿Qué “tú” debo maquinar
Qué huesos fracturar
A quién debo matar, chantajear, golpear
Para poder escribirte un buen poema de amor, amor?
Cuando intenté lanzarme del carro
Estaba borracha como tú
Me gritaste y clavaste tus dedos en mi brazo
Para asegurarte que no volviera a intentarlo
Te orillaste y me dijiste que estaba loca
Que no te provocara a menos que quisiera
Comprobar que en esta relación más loca que yo
Eres tú
Que no se me ocurriera volver a abrir la puerta
Luego me besaste en la boca
Succionaste como neonato mis mejillas
Te tragaste mi nariz
Es realmente una tristeza
Que toda esta desesperación no alcance
Para escribirte un poema
Me parezco a ti
En los rasgos
En la borrachera
Soy tu hija
Cómo no parecerme a ti
Hija del diablo soy
Hija del diablo y mañana me caso



Guayaquil

Si salimos de El coleccionista tomadas de la mano, caminamos por Loja tomadas de la mano y pasan los autos y las caras de los hombres pasan y las palomas cagan y los niños ladran, 

si seguimos caminando, subimos el paso a desnivel, nos gritan con efecto doppler: "locas y lesbianas", rodeamos el cementerio y con la otra mano, la que no tomas, saludo alegre a mis abuelas Vicenta y Clara,
si seguimos caminando, tomadas de la mano, tu cuerpo se acerca al mío y me besas en el cuello porque vamos rápido y no alcanzo a poner mi lengua entre tus labios, 

si seguimos caminando, tomadas de la mano, vemos Solca, bajas la cabeza, yo también la bajo, pero te sonrío para que sonrías y me trago de un suspiro tres mariposas blancas,
si seguimos caminando, llegamos al aeropuerto, levanto una valla con la fuerza brutal de mariposas, nos introducimos en la pista y empezamos a bailar porque desde el altavoz de un carro de bomberos suena, de bowie, let's dance,
si seguimos bailando y seguimos bailando y seguimos bailando, tú con tus zapatos rojos y yo con mi blusa a rayas, se detiene un avión y atrás otro y otro y otro,

de pronto, cuando los pacos amenazan con sus pistolas y sus balas, nos convertimos en personas de papel que el viento levanta, mi mano ya no puede sostenerte, y miro con mis nuevos ojos cómo te alejas, cómo el viento que nos salvó ahora te aleja y te deposita en el río y te mojas toda y te desintegras,
si sigo volando, me inserto en una nube y la hago llorar y la ciudad se moja y se desbarata,
ya para qué Guayaquil, si te tragó su río, ya para qué Guayaquil




Días

Cómo será el día en que nos veamos por última vez
Será apacible
O se caerá el cielo a causa de la lluvia
Presentará el calendario alguna marca que me permita anticiparlo
O será un día como cualquiera
Habrete olvidado
Me daré cuenta de que es el último
Estaré consciente y entenderé que ésa será mi primera muerte
Podrán nuestras bocas dirigirse palabras
Coincidirá con mi caída
Con la tuya
Con un viaje
Habrá despedida
Qué otras personas veremos por última vez ese día
Sonreiremos
Me verás a los ojos y te concentrarás en tu reflejo
Sentiremos todavía alguna forma del amor
Puedes decirme cómo lo imaginas
Cerrarás alguna puerta después de mirarme desnuda
Seremos viejas
O pequeños animales
Sentirás nostalgia
Seremos un bloque de hielo
O de tiempo
Notaremos el tamaño de la desgracia
Me llamarás por mi nombre
Intercambiaremos palabras

Cómo será el día siguiente
Se sabrá fútil el mundo
Dormiremos por horas
Sabremos que seremos tristes
O entenderemos que ya no hay fardo sobre la espalda
Nos escribiremos cartas
Diremos que la vida valió
O sonreiremos ignorantes
Deseará todavía la una el cuerpo de la otra
Hablaremos por teléfono
Buscaré yo una cuerda
Te encerrarás tú en un dolor infinito de paredes blancas
Te darán el pésame
Me despertaré inquieta
Se aprovechará alguien del tamaño de mi tristeza
Caminaremos por los mismos lugares
Visitaremos a los mismos amigos
Ahogaremos nuestros quejidos en el mismo segundo y sin saberlo
O crees que para entonces ya nada duela
Y seremos los rostros inservibles del amor






María Auxiliadora Balladares (Guayaquil, 1980) es profesora-investigadora en la Universidad San Francisco de Quito. 
Trabaja la obra de poetas del siglo XX y del XXI. 
Ha publicado el libro de cuentos Las vergüenzas (Antropófago, 2013), el ensayo Todos creados en un abrir y cerrar de ojos (Centro de Publicaciones de la PUCE) acerca de la obra de la peruana Blanca Varela y el poemario Animal (La caída, 2017).



Los poemas aquí publicados pertenecen  a Guayaquil , poemario  que ganó el Premio Pichincha de Poesía 2017 y por ahora está inédito.




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