SEROTONINA. El eterno retorno de MEURSAULT por Alicia Gallegos
SEROTONINA es el último libro de Michel Houellebecq, lo publicó Anagrama en 2019. No voy a decir que el personaje central de la novela, un francés de 46 años es el álter ego de Houellebecq. Detesto a los lectores-críticos que se complacen al encontrar el alter ego del autor en cualquier personaje, esa práctica es una forma sutil de desvalorizar el trabajo creativo, de bastardear al escritor y de disimular prejuicios morales, enemistad política, ignorancia, pobre nivel de lectura, pacatería. El hecho de que el personaje central sea un ser decadente lo acerca a cualquiera de nosotros aunque no formemos parte del sector hombre blanco, clase media.
Los efectos de un medicamento psiquiátrico que genera Serotonina (hormona que mientras produce sensación de felicidad va disminuyendo el deseo sexual hasta llegar a eliminarlo) no son lo central del libro, la dosis máxima no le cambia la vida al protagonista, no deja de ser el que era. Estar un poco más o menos bañado es anecdótico. Cómo título está muy bien, es atrayente.
La descripción de la
situación que padecen los productores
agrícolas franceses víctimas de las decisiones de la Unión Europea, recorre toda la novela.
Personalmente si analizo la estructura y construcción de este libro podría decir que parece escrita por un principiante, que es una obra carente de valor literario, no hace ninguna innovación, no se destaca por una escritura cuidada, parece escrito a las apuradas, parece que su cantidad de páginas fueran fruto de un rellenado con información que el autor sacó de Google y volcó con muy poco trabajo de procesamiento de transvasado. La historia de Houellebecq como escritor arrastra un modo de repetición de sus estrategias de trabajo, al publicar “El mapa y el territorio” en 2010 se lo acusó de plagiar textos de la Wikipedia francesa y él reconoció haberlos usado. Así mismo su “ausencia de estilo” ya ha sido criticada en sus otras obras.
Sin embargo lo esencial del libro es una profundidad que lamentablemente pasará desapercibida para muchos.
La cuestión es que Serotonina es un libro que atrapa, que engancha de
cierta forma, logrando que por momentos uno lo lea con esa sensación de que va
a pasar a algo, que la historia va a estallar. Mientras eso no
sucede seguimos atravesando las distintas instancias, las distintas
historias comprobando que no pasó lo que
imaginamos y que pasó otra cosa. Así una construcción que parece una hilera de
bucles, algo que sería una forma de
línea recta en realidad tiene circularidad.
Hay un momento en la novela en que Florent descubre la vida sexual secreta de su novia japonesa, yo diría que ese capítulo puede ser tomado como ejemplo para llegar a entender al personaje central Florent-Claude.
Ese Florent es la esencia, la radiografía de Florent , su drama.
Florent Claude es un punto enfocado en un microscopio
y a través de él descubrimos lo que Houellebecq quiere señalar
como el problema de la sociedad actual: el individualismo.
Su libro anterior se titula Sumisión, este se llama Serotonina.
Las SS de Houellebecq intentan hacernos ver un problema: estamos abandonando el
mando de nuestras vidas y el futuro del mundo que dejaremos, somos seres
debilitados, sometidos y adictos a creencias o sustancias que nos vuelven
esclavos.
Otro de los libros de Houellebecq publicado en 1994, “Ampliación del campo de batalla” ya había sido comparado a “El extranjero” de Camus. Con este de 2019 vamos a encontrar un registro que a nos remite allí. Es una "ampliación del campo de batalla". El ratoncito cuasi psicótico en que se ha convertido Florent-Claude LABROUSTE ( el nuevo MERSAULT) camina por el lado interno de una rueda, de esas que se ponen en las jaulas para hámsters, él toma un medicamento cuya advertencia es que reduce el deseo sexual y no le importa porque ya no lo tiene, a su psiquiatra el Doctor Azote tampoco le importa. LABROUSTE no empezó a caer a los 46 años, el cayó de rodillas mucho tiempo antes, sin darse cuenta de que vivía la gran caída. Un error estúpido que estúpidamente nadie lo ayuda a ver o a corregir y que estúpidamente él tampoco nota ni corrige. De ahí en más su vida será una herida absurda, tratar de volver al pasado lo es. Los padres de Florent se habían suicidado y él nada sabía acerca de que los aquejaba. La familia como sostén y cómo ideal ya había dejado de funcionar en ese momento, el individualismo cada vez calaba más hondo rompiendo lazos.
https://www.youtube.com/playlist?list=PLQPGD1aq4fUkSZ1Ktu4t-A-hPHwEqviOp
Muchas gracias por la crítica, el autor es interesante.
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