Publicada en Buenos Aires, en 2014.
La protagonista es una mujer joven todavía, argentina, de clase media.
La acción transita por dos carriles paralelos: A) El diario personal de la protagonista donde se refleja el presente, aquí esta mujer consigna acontecimientos, detalles, fracciones de la relación con un cliente muy particular y significativo en su trabajo como prostituta. B) La reconstrucción de la historia de la mujer a través de ejercicios de memoria que surgen atraídos por el deseo del cliente.
Más allá de una escritura delicada y trabajada frase por frase, este libro está teñido sutilmente por una puesta en foco de aquellos temas y problemas que afectan de forma dramática la vida de las mujeres de todas las clases sociales.
En la actualidad la vida real continúa sometiendo a las mujeres a través de mandatos culturales, sociales y familiares que de tan férreamente construidos y arraigados son hasta invisibles para quienes se dedican a los estudios de género.
Aunque pareciera que el centro de interés según se anuncia en la contratapa de la novela está en el ejercicio de la prostitución de la protagonista y la relación con un cliente particular, la historia va mucho más allá y se va ramificando contínuamente haciéndonos transitar escenas del erotismo infantil, relaciones que rozan peligrosamente el incesto, vínculos familiares confusos, el cuerpo de la mujer torturado por las consecuencias catastróficas de esos vínculos confusos y así un espiral que pasa por autolesiones, bulímia, anorexia, mentiras y desamor.
El matrimonio por "conveniencia"como mandato, orientado a trabajar un vínculo basado en intereses y que se convierte en una sociedad comercial es expuesto magistralmente con la aparición de Alfredo, un personaje que va de lo repugnante a lo admirable en todas sus facetas.
La maternidad como fascinación, obsesión y causa de dedicación full time termina deviniendo en la desaparición del supuesto y cuestionado instinto materno. La maternidad llega al punto de convertirse en un peso asfixiante, agotador y frustrante que es silenciado por la hipocresía de la sociedad no dispuesta a dar lugar para que la mujer exprese con libertad sus angustias, ansiedades y los sentimientos contradictorios que tiene hacia sus hijos y que van desde dar la vida por ellos a querer matarlos.
Hay un momento de la historia en que la protagonista se siente atraída, se enamora. Si el protagonista hubiese sido un varón la situación pasaría por "papá se separó de mamá, papá tiene novia, papá se fue de viaje con la novia, los chicos se quedan con mamá" pero siendo la protagonista una mujer la situación es "ella abandonó a sus hijos" y de ahí en más las consecuencias nefastas.
Muchísimo más podría decirse de este libro que aunque no es de publicación reciente como toda buena novela trasciende la fecha de salida de imprenta.
Sofía González Bonorino
Publicó las novelas Las Cruces (2000), La Quema (2003) ,El Escritorio (2006) y Mi Cliente (2014)
Lleva adelante el Blog
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