María Mascheroni responde:
un río si fuese un río,
la invitación a pensar a imaginarse río es tan fuerte que comienza a correr un
río ante mis ojos
la invitación abre un
portal desde mi lugar de aislamiento a
un mundo, no el mundo humano, uno como agua que corre bajando de la montaña, de
la sierra o atravesando urgente las pampas hacia el mar
el rumor la música del agua ya no se aquietará
la invitación entra de
lleno en mis recuerdos de río, río a la vera, río rodea la piel, río oscuro,
corriente traicionera, río cristal, canto rodado por su fuerza, río manso en la
superficie, río cascada, río salvaje retumba en desfiladero, río de pez que
salta y regresa a pique al agua brillante en esa mañana, río de canoas, de
remo, río de amor río rumoroso, río nostalgia de otro río
mi cuerpo salta de un
recuerdo a una materia río de un cauce
serpenteado a una corriente imparable veloz
pero la invitación quiere
un río del mundo, un nombre, un por qué
y el mundo de tan grande
adquiere las proporciones más ceñidas a la vida que llevé a la que
llevo y urubamba uruguay azul durazno carapachay cosquín paraná paranacito
juspe limay salado agua de oro
juspe limay salado agua de oro
viví hace tiempo unos
meses a la vera de un río serrano, uno de los muros de la casa mediaba con sus
aguas ese río -el que hoy sería- lleva
tres nombres: Chavascate, Agua de oro, San Vicente, y alimenta tres poblaciones:
Cerro Azul, El manzano y Agua de oro sus
pobladores luchan por la pureza de sus aguas cristalinas y sus suelos, lo que
es idéntico a luchar por sus vidas su
caudal fluye aún en la estación seca, su lecho de sílex y arenisca da reflejos
dorados
río de saltos, piedra, ollas
donde sumergirse, cascadas y en verano crecientes peligrosas
nace en Candonga, en el corazón
de las sierras chicas cordobesas, un lugareño cuando le preguntaban por el
lugar donde nacían sus aguas extendía un brazo señalando hacia sus vertientes y
decía “ a doce kilómetros a vuelo de pájaro
o a diez y ocho si es a paso de
hombre”
a vuelo de pájaro entonces
cuando cierro mis ojos en busca de sosiego llego a recorrer la orilla del
Chavascate, me siento en una gran piedra de un recodo, mi piel recupera el aire
de su espíritu, bebo en el cuenco de mis manos el agua de oro y mojo mis pies
en el agua fría,
escucho el agua correr
escucho el agua correr
María Mascheroni,
nació en octubre de 1958 en la ciudad de Buenos Aires. Poeta,
psicoanalista, editora.
Publicó: La inevitable curva ( 1997); Impaciencia
de la sed ( 2001); Jardín
(2004);
El cansancio de los hijos (2011) que recibió el Segundo Premio Municipal;
Hierba sobre el mundo castigado-Colectivo poético
involuntario (2017) un trabajo junto a Teresa Arijón sobre poetas argentinos nacidos entre 1955 y 1965, publicado por Hilos editora.
Integra el Consejo editor de Hilos editora desde su fundación en 2010.
Su poesía puede encontrarse en antologías impresas y
en revistas y blogs virtuales.
Coordina los talleres de investigación e intervención
poética Martes intenso.
http://www.albergueserrano.com.ar/ |
Me encanta
ResponderEliminarqué bueno!
Eliminarque hermoso ser un río cordobes , esos tramposos , que a veces corren como hilitos y ante una lluvia se desbordan.
ResponderEliminarsi, estuve en una gran creciente de este río, imponente, magnética y daba miedo
Eliminar