Debería
estar escribiendo un prólogo
me quedo en este umbral
escalón de piedra
así me senté a llorar un día
frente a una puerta roja
un desconocido me entregó un pañuelo de papel
dijo don’t
worry,
it’s not
worth
it, no era el comienzo
de una conversación, siguió de largo y yo seguí
el pañuelo en las manos
al final deshecho
pequeños pedazos de papel
como los que mi padre se pegaba en el rostro
después de afeitarse
ahí donde hay una herida abierta hay
el riesgo de que algo se pegue
un papel o una frase,
it’s
not worth it
ante la indefinición de un corte
lo primero que surge son
instrucciones
primeros auxilios
hace falta
tomar ciertos recaudos
apretar la herida es lo primero
acercar sus bordes
y apretar
según el tamaño
según su ubicación
sobre todo no pensar en el filo
en lo contundente
de esa imagen
la publicidad de hojas de afeitar
gillette, la acumulación de las t
triple hoja
un pelo que se corta y cae
y otro
y otro
decir al oído de quien padece
don’t
worry, don’t worry
las palabras van
creando un ritmo que se acopla
a la respiración
debe ser eso dar
aliento,
me pidieron que escribiera un prólogo no esto
un comienzo, no
algo anterior al comienzo
de un libro, nunca antes
escribí un prólogo, ante lo desconocido
uno se aferra a lo conocido
un escalón de piedra, una puerta roja
un manojo de imágenes
como los niños se aferran a cierta secuencia
baño comida sueño baño comida sueño
hoy
tengo la edad en que veía los cortes en tu rostro
hoy
me corté al afeitarme
padre, el tiempo
deja caer su gota
abrí la puerta
me senté en un escalón
un desconocido me habló en su lengua ajena don’t
worry pero era tu voz
y no era una instrucción
era un comienzo
(No pertenece a ningún libro publicado)
De noche
Se bañó mientras todos dormían
se puso un camisón a
oscuras
miró los ojos
cerrados del otro una vez más
pisó suavemente las
tablas del suelo y no crujieron
abrió la heladera
tomó agua bajo esa
única luz
se quedó quieta,
atenta a los sonidos: la casa, los suyos
respiraban. Abrió la
ventana: en alguna parte había música
no distinguía dónde
era la fiesta
unos volvían, otros
iban
hacia ahí:
no siguió el ritmo de
esa música no sacó el cuerpo por la ventana para ver más no abrió con
desesperación una botella no dejó caer un bretel no se pintó la boca al rojo
vivo no besó el vidrio no besó no se frotó los labios para no dejar marca no
cerró los ojos para perderse no quiso llegar a esa fiesta en el centro de esa
fiesta no hay nadie nadie, se dijo.
No cerró la ventana,
caminó hacia su
habitación
ciega, guiada por el
roce de las cosas
así volvía a la casa
de sus padres cuando era tarde y el miedo
era algo preciso: ser
descubierta.
Tocó el borde de la
cama, se dejó caer
en esa otra oscuridad
esperó.
Algo que aprender de una tormenta
¿habrá más
agua?
¿habrá algo
que como un rayo
aparte el sonido
de la luz,
nos aparte?
esta llovizna
estos gestos
moderados del agua
se nos pegan
caminamos pegados
a las paredes
sin aleros
sin desesperación
en la insistencia de
estar
secos,
a salvo de qué.
Hablábamos boca
arriba,
una conversación de
campamento, de antes de dormir
hacía cuánto que la
luz se había cortado y el frío
empezaba a filtrarse
bajo las puertas,
corriente de aire
en las cosas que no
encastran.
Hacía cuánto
no conversábamos así
el tono con que se
planea un largo viaje,
voces que se
deslizan, el sueño
cayéndonos encima con
el dulce peso
de un edredón.
Hasta escuchar un
beep
un motor
las cosas volviendo a
encenderse.
Silvina López Medin nació en Buenos Aires y vive en Nueva York. Publicó los libros: La noche de los bueyes (Visor, 1999, Premio Internacional de Poesía a la Creación Joven de la Fundación Loewe), Esa sal en la lengua para decir manglar (del Dock, 2014; Carnegie Mellon University Press, 2021), 62 brazadas (Zindo & Gafuri, 2015, Premio Municipal de Poesía), Excursión (Bajo la luna, 2021) y Poem That Never Ends [Un poema que no termina nunca] (2021, Premio Essay Press). Cotradujo, junto con Mirta Rosenberg, los libros Eros el dulce-amargo de Anne Carson y Home Movies de Robert Hass. Da clases en el departamento de escritura de Pratt Institute y editora de Ugly Duckling Presse.
www.silvinalopezmedin.com
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