Cualquier
luciérnaga podría ser un fantasma
Esto
va escrito con letras de luz neón en la marquesina
Inventada
o carátula de sueños.
El valle de las
luciérnagas
Todos los veranos
las luciérnagas
Van a tomar el té
a un valle en que aquél
Es famoso por su
alta calidad
Se posan en los
bordes del vaso
Y beben, mientras
encienden de placer
Los faroles que
su anatomía les presta
Muchas personas
asisten
A tan bella
ceremonia
No se pueden
sacar fotos
Menos con flash
Las luciérnagas
solo se encienden
En la calma de la
noche
Y al sorbo del té
Libran la mínima
sonoridad
De la noche.
Hay visitantes
Que remojan
hebras del más fino té
En el río, y
ellas vienen
De a millares
Ellas y los
fantasmas, con el resplandor de la luna
a la vera del río
Y encienden las
márgenes
Con un hilo de
plata verde claro
Desde las mangas
de sus kimonos
Que remojan las
puntas en té
Para llevar a las
fiestas
Esas gemas vivas
Palpitando cerca.
Muchos codician
ese abrazo.
Qué atrevidas
algunas que así se acercaran
A la cara de tu
amado
Para verlo mejor.
Luego las
devuelven al centro de la noche
Donde guardan sus
farolas hasta nuevo aviso.
La alegoría, que
casi no delira
Que casi no la
diría
Pero es tan bella
Como fórmula
matemática
Aunque algo
problemática
Sobre todo en
cuestiones de amor,
Las luciérnagas,
dicen,
Brillan tanto más
fuerte
Cuando sienten
miedo o dolor.
Y eso da ventaja
al cazador
Si no sabe la
presa
Que
involuntariamente así se expresa
En tal lenguaje
sagrado
Hacia más digno
interlocutor
Que sepa leer en
ese brillo
Otra música cuyo
acertijo
Muestra más que
debilidad
Alguna clase de
furor.
Para que quiero
yo saber
Qué les gusta
hacer
A las luciérnagas
Si vivo en esta
ciudad
Sin ríos, ni
lagos transparentes
Ni bancos de
pasto tiernos
Por donde ellas
quieran pasearse.
En mi cuarto hay
unas luces
Que prendo y
apago
Por la noche,
antes de dormirme
Son tan frías que
no me dejan soñar
Con las blandas y
frágiles
Luciérnagas
haciendo rondas
Alrededor del
agua.
Hacia la luna
vuelan algunas luciérnagas
Para esconder su
brillo
Huyen de la luz
artificial
No les interesa
para nada
Lo que persiguen
las mariposas nocturnas,
A las que les da
igual esa luz
Que la de las
vibrantes llamas de fuego
Las luciérnagas
en cambio prefieren
La luna, o alguna
pequeña brasa encendida
Como del
cigarrillo recién soplado hacia adentro
Al voltaje raro
de esos mentirosos filamentos
Me pregunto qué
harán frente a tus ojos encendidos.
Las luciérnagas
aman los sauces llorones
¡Caídas y todo,
qué vitalidad tienen esas ramas danzantes!
Que desconciertan
a las nuevas modas de planchas para el pelo
Y prolijidades de
oficinista en pleno territorio lego
No solo por sus
peinados será que
Los sauces
llorones se asocian a los fantasmas
ya lo decía algún
romántico
Amante de lo
extraño,
Nada de peinados
alisados, ¡Sauces!
y con algún
terror los vio andando por la noche
Recorriendo
silenciosos en la grisalla nocturna
El terreno de una
isla de aventureros.
No vio las
luciérnagas que se habían escondido
Entre las ramas y
los fantasmas.
A la luz de las
luciérnagas
Se prende y apaga
el deseo.
Esperando a la
noche
Como las
luciérnagas para jugar su juego.
Solo se reconocen
encendidas
¿Quién sabe acaso
cómo es la luciérnaga
a la luz del día?
Por la noche desde
el río las llaman y ellas vienen
con toda la
caballería de las hadas subiendo
como ejércitos de
guerreros nipones, luces mínimas
de a millares
y mangas anchas
en la mancha
negra de la noche
negra que las persigue
linternas y
risitas cortas se distinguen
de esta rara hueste
que confunde unas con otras
Ellas y fantasmas
con el resplandor de la luna.
A la vera del río
De una vereda a
otra
Se gritan el
haiku
Como chisme sobre
poeta:
“pues ahora tiene
que regresar
A la oscuridad de
la noche
Este vendedor de
luciérnagas”
Nota de la autora:Este poema es parte de un proyecto llamado "Mushis", que está inspirado en haikus y textos recopilados por Lafkadio Hearn, algunos de ellos en el libro "La canción del arrozal, ranas, cigarras, libélulas, mariposas, luciérnagas y grillos en la poesía japonesa" de Ed. También el caracol.
Poeta,
bailaora flamenca. Actualmente experimentando en artes visuales (dibujo,
pintura, edición digital) Lic. en Psicología UBA, con posgrado de especialista
en Literatura infantil y juvenil, UNSAM.
Participó
del taller de experiencias visuales con Julia Masvernat; plástica con Gabriela
Giusti y Alejandra Usandivaras. Actualmente de pintura y dibujo en el taller
“La común” de Lula Mari.
Libros
editados:
Imprudentes Insensatas (Ultimo Reino,1989) Luna Park ( Tsé Tsé, 2001) Tocada (2008, autoedición).
Plaqueta de poemas niñoides “Hasta que los insectos sean nubes que cubren las lámparas” (ed. De autora en colaboración con El cero de las formas en 2019). En 2020 sale el libro de poemas “Poeta serial” por Modesto Rimba.
Participó en el libro Perfórmatas x alógenos (Buenos Aires, Allox, 2013) sobre performance y poesía.
Imprudentes Insensatas (Ultimo Reino,1989) Luna Park ( Tsé Tsé, 2001) Tocada (2008, autoedición).
Plaqueta de poemas niñoides “Hasta que los insectos sean nubes que cubren las lámparas” (ed. De autora en colaboración con El cero de las formas en 2019). En 2020 sale el libro de poemas “Poeta serial” por Modesto Rimba.
Participó en el libro Perfórmatas x alógenos (Buenos Aires, Allox, 2013) sobre performance y poesía.
Realizó
las obras de Kamishibai, texto o adaptación e ilustraciones: Hotel de hadas,
2015; Tío Lobo, 2016; Sevilla era una fiesta 2017.
Sigue
colaborando con la Estación Orbital Alógena, y uno de sus creadores, Nakh ab Ra (Espacio que aloja diversas exploraciones artístico-mágico-filosóficas en el
barrio de Villa Crespo)
Patricia Jawerbaum. Dibujo a lápiz sobre papel y luego collage digital |
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