miércoles, 25 de julio de 2018

CARLOS NÚÑEZ / REPORTE DEL CLIMA y VACANTES EN EL INFIERNO


DOS LIBROS DE CARLOS NÚÑEZ

     En 1992 Carlos Nuñez publicó su tercer libro VACANTES EN EL INFIERNO, antes (1987) EN LA COLMENA y en (1985) CASI LA SOMBRA, ahora en 2018 acaba de salir de imprenta REPORTE DEL CLIMA.
     VACANTES EN EL INFIERNO es uno de mis libros predilectos y tal vez uno de los mejores de los años 90. Es difícil para un autor competir consigo mismo, eso pensaba cuando me enteré que Carlos estaba preparando un nuevo libro para ser publicado veintiseis años después del anterior.
     Uno de los desafíos más complejos al escribir poesía es lanzarse a narrar historias utilizando para ello el verso libre por eso amo los libros de C.N. que logra hacerlo con maestría. Frecuentemente nos topamos con relatos dispuestos en la hoja intentando mostrarse como poemas sin serlo. El verso libre es complejo de explicar y más aun de entender en su construcción y funcionamiento, hay que tener mucha poesía adentro para poder catarlo o producirlo, por eso es interesante tomarnos el tiempo para leer bien,valorar, diferenciar.
     Tenemos en Carlos esa condición que le hace posible presentarnos poemas que contienen historias, ese virtuosismo  me intrigaba hasta hace poco cuando me enteré que C. participó en el Taller Literario de Nicolás Bratosevich y en el de Irene Gruss, que integró el grupo de acción poética Los Verbonautas y que en 1996 obtuvo una mención del FNA. Hay una formación apoyada en el cimiento del deseo de este tipo que inició Letras en la UBA y seguramente es un gran lector.
      Me fascinan los universos que se despliegan en VACANTES... y en REPORTE... por ser fuertemente masculinos y áridos (aún cuando aparezca el mar o el bosque), sus personajes varones van cargados por una masculinidad atravesada de pasividad aparente, hombres rotos que se enfrentan a la muerte o circunstancias propias de un mundo en llamas con la entereza del guerrero que transita el campo de batalla, con la frialdad de quien a pesar de saberse jugado guarda una última bala. Las mujeres con sus particulares dolores y tragedias (aunque lleguen a morir, a enloquecer, a prostituirse ) no son mujeres rotas por el deseo de ser compadecidas y al igual que los árboles, mueren de pie.
    Me gustan estos libros que han logrado no caer en la poética de "lo inefable y de lo intangible", de la mariconez descontextuada, sus construcciones no son espacios bellos donde podamos refugiarnos para ejercitar la contemplación, el ensimismamiento o el extrañamiento, lo escrito por Carlos  nos puede salpicar de barro o de sangre y aunque nos situemos como testigos mudos alguna imagen se nos quedará pegada porque entrar a los submundos nunca es gratis.

   
De Vacantes en el infierno tomo un poema al azar.

POEMA DE LOS HIJOS

Allí en la colina
un auto se incendia lentamente.
Los perros tienen hijos
los yanquis tienen hijos
las vicedirectoras tienen hijos
los villeros tienen hijos
En el final del humo del incendio
del auto en la colina está el cielo
y la seducción del viento
y los pájaros que planean sin saber
quizá su último vuelo
El auto fue prendido fuego por algunos
en la colina árida como un espantapájaros caliente
estalla y se calcina y marca
un punto trágico en el mundo
Los hijos crecen
adquieren cultura, aprenden idiomas,
son empleados en algún oficio,
miran televisión, conocen el sexo,
eligen ademanes, se enamoran.
El aire tiene un olor rancio cerca
de la colina donde se incendia el auto.
No hay nadie. Dentro del auto
                nadie vivo
la carne chamuscada
se devora a sí misma
nadie puede reconocerlos
nadie podría tocarlos
          ni abrazarlos.
Los hijos tienen hijos
y envejecen igual que los perros
que los yanquis, que las vicedirectoras
que los villeros.
Todos tienen un nombre o dos
para nombrar a la desdicha.
Un hombre saca una pistola
en un juicio televisado
y se dispara en la boca
sin que nadie pueda detenerlo
El auto de la colina es absorbido por
el paisaje, el viento
y el polvo lo han golpeado durante años.
Yo camino con mi hijo por la colina
y le digo palabras que resultan confusas
y me quedo callado.
El chico trepa hasta el auto
y me grita exaltado, feliz:
-Papá, acá hay un nido
acá hay un nido con pichones.




De Reporte del Clima tomo el inicio


Tilcara

I
Hace frío y espero que paren los disparos
antes de dormir un poco.
Me crucé un par de veces con esos tipos
que vienen a comprar niñas y
a helarle la piel a los viejos con una mirada.
Vi que los seguían en autos negros
            ambulancias
que los cuidaban
perros con ojos humanos
jadeándole al rocío una copa de sangre.
La gente cae presa o muerta
pero sigue saliendo sigue
comiendo porquerías en la oscuridad
hasta que los culpan de cualquier cosa.
Las niñas valen unos pocos cientos....................














Nota y fotos por Alicia Gallegos



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