martes, 5 de septiembre de 2023

MARÍA ROSA MALDONADO / 9 POEMAS



 en mi familia todos nacimos con un cuerpo

 

en mi familia  todos  -incluso  gato-  

nacimos con un cuerpo   

con su adecuada   asimetría    y distracción

hemos podido     caminar    de puntillas   sobre el suelo del mundo

sentir el viento dulce    estar  

bajo la vasta negrura de las noches

 

hemos tenido hambre hemos tenido sed 

y las hemos saciado cuando hubo

hemos tenido un cráneo con las medidas justas

para albergar   las mínimas  ideas  necesarias

 

el cuerpo de abuelo  sudó duro  en las sulfurosas

minas de riotinto  

fue a la guerra de cuba 

y más tarde   -después de eficaz  pulmonía-   a la fosa común

 

el de padre    fue a la guerra civil  

el de otro abuelo  -el anarquista-

voló en pedazos junto con el camión

que intentaba    llegar hasta Francia

 

los pechos del cuerpo de madre   eran blancos y suaves

y sus ojos brillaban  como joyas preciosas

 

al paso de los días   todos vamos devolviendo los cuerpos     

pero  todos  soñamos  

sin saber bien   por qué       con la fiebre   de la resurrección 

 


algo tiene que permanecer

 

el barco no se hundió como el titanic:

 

a una velocidad de diecisiete nudos

cruzó la pavorosa maravilla

y nos dejó en el puerto

 

poco después lo desguazaron

lo descuartizaron   y lo vendieron en pedazos

como a un viejo semental inútil

 

por el gran laberinto de su vientre  él y yo   anduvimos

bajando y subiendo  estrechas escaleras de hierro

húmedas de óxido y de sal

largos pasillos   donde la sopa hervía y se doraban los hojaldres

 

algo tiene que permanecer

 

la brea     el olor de la brea y de las gruesas sogas

calentándose al sol

 

y las constelaciones sobre el barco

 


ven conmigo a quebec 1

 

su voz en el teléfono me dijo:

ven conmigo a quebec

 

enfermo de toda enfermedad

entrecortado     casi sin aliento

en qué estaba pensando?

 

ven conmigo a quebec

cincuenta    sesenta grados bajo cero

los abetos cubiertos por la nieve

todo es blanco

es la blancura de lo abierto    sabes?

 

a veces    una jauría de perros pasa por el pueblo

son los perros salvajes  

no es posible saber de dónde vienen   ni  hacia dónde se van

tú los oyes aullar toda la noche

y es la noche   que abre su gran boca  para tragarse todo

 

ven conmigo a quebec

la belleza entra en ti   como cuchillo caliente en la manteca

es   una belleza dolorosa   sí   pero hay un  camino

 


ven conmigo a quebec 2

 

no     no creas lo que dicen:

el gran oso del ártico no duerme el largo sueño del invierno

 

a pesar de la gran oscuridad   y del frío

deambula    solitario    y  su corazón   es un murmullo  pausado

muy pausado   en aquella vastedad brumosa

 

entra a los pueblos

perdidos 

por la extensa plataforma helada    y golpea a tu puerta

erguido   majestuoso

 

viene a pedir comida    

 

tú le das un salmón   en la boca   y él lo come

mirándote a los  ojos     lo devora  y se va

a golpear otra puerta

 

él es una persona    sabes?

como todos los seres de este mundo

 

 

entropía

 

no fue suficiente   el alimento

impuro   pero consagrado:

leche del cuerpo   y del secreto encantamiento de ese cuerpo

la fruta caerá  y  a su hora   devorada será  por las hormigas

 

no eficaz   el ojo   abierto   toda la noche     toda 

detrás de la ventana   mirando la luz negra

del negro  árbol del ensueño

 

nada pudo  la corona radiata

ni el inventario de los nombres santos

contra la oscuridad

contra el peligro    de nacer

 

y así  nacido  y por nacido   dado a la  dura ley  irremediable 

hijo lobo     hijo caribú    hijo   animal de los vientos

 

nada va a darte saciedad    

ni el resistente  patrimonio de la espora

 

pero mira    mira  cuánta belleza 

hay  en el torbellino!

 


novia blanca

 

un muslo   blanco   más blanco que la luna    suave animal albino 

emerge    entre los altos yuyos del potrero 

y  suelta    sus secretas   feromonas   al aire  

 

cada noche  

ella baila

para quien se lo pida

un agitado baile    por momentos   tan  lento  tan  lento

que  calcina las almas

y  electriza a los gatos 

 

cuerpo  de agua mercurial   violenta    lirios de agua   

o  caballo marino:

niña  hundida    en las profundidades

de un sueño sin retorno

 

doce del tarot      cabeza hacia la tierra:

novia blanca del barrio que hablaba con los muertos

 

la iluminación   adviene   por vías insondables

 



sin agua  ahogarse 1

 

lo que impide la respiración  no es el agua  es una fuerza  excedida 

que trata de llevarme

hacia un sueño de éter

 

atado por tobillos y muñecas   el cuerpo de diez años:

su  inútil  resistencia     desde la pelvis hasta la coronilla

el ardiente sabor  a metal       y la íntima   nausea   infinita

 

ah   pero ya está la muerte   apaciguando todo

dando al cuerpo lo que le pertenece

 

el corazón se aquieta    los pulmones se aquietan

la mente calla     

y  el tiempo  se desgaja     manso y obediente    hacia  la húmeda

noche      de la suntuosa  inconsistencia

 

ni túnel    ni luz    ni antepasados   extendiendo sus  manos prodigiosas:

nada sobrenatural

 

solo   el perfecto útero del mundo:  la orgía  de no ser

 

sin agua ahogarse 2

 

volver   sin saber de dónde vuelves

 

no es leve el  aire

sino un cuerpo pesado   sobre el cuerpo

 

imposible  esconderse del calor

ni de la constancia de la  luz    ni de las voces

es un vinagre espeso   lo que la boca le restituye al mundo

 

es  la fiebre     son sus oscuras alas

un delirio de charco funerario

 

porque lo funerario  pertenece a la vida    y no a la muerte

 

vuélvete amable   sonríe     date prisa

acostúmbrate   nuevamente   a ser   lo que te enseñaron que tú eras

 

una pequeña dosis de veneno  y la intimidad de lo secreto

esa es   la pavorosa  fortuna que has ganado




 lata oxidada para la pesca milagrosa

 

allá van       calle arriba        calle arriba

bajo solar violencia    el uno junto al otro

 

o   tal vez    ella     un poco más atrás

 

la casa   no es de chocolate    es de ladrillos rojos y  geranios:

 

le piden agua   a la mujer

pintada en el jardín     ella los mira   con sonrisa de madre

les trae el agua     dice:    

angelitos!       por la calle

a estas horas    y con tremendos hachazos de calor!    

 

los potreros   de remedios de escalada    todavía  están lejos

pero nada es urgente

de tanto en tanto   un árbol    una sombra dichosa

donde en secreta  complicidad descansan

 

cortando  a campo abierto llegan a los zanjones   

hondos y  fermentados  en los que ni  los perros se atreven a beber

 

entonces   se arrodillan   

bajo la claridad   consciente   del verano  

en profunda observancia de silencio

a pescar mojarritas

 

 Del libro inédito fotogramas del camino

 



María Rosa Maldonado nació en Barcelona en 1944. En 1949 se radicó con sus padres en Buenos Aires, Argentina. Es profesora de Filosofía, Ciencias de la Educación y Psicología. Coordina talleres de escritura y dicta seminarios y conferencias sobre literatura y filosofía.  

Ha colaborado y colabora en diarios y revistas con poemas y notas bibliográficas. 

 

Publicó “Poemas” (Edición de la autora, 1977), “Hasta que despertar es imposible” (Editorial Ultimo Reino, 1989) poemario con el cual obtuvo en 1988 el Primer Premio de Poesía del Diario La Nación, “El esplendor ajeno de las cosas (Editorial Ultimo Reino, 1992)  “el zumbido de dios” (Editorial Tse Tse , colección bikebik, 2002) poemario al que se le otorgó el Segundo Premio Municipal del bienio 2002-2003, “atzavara” (Editorial Kriller71ediciones, 2012),acúfenos” (Editorial Zindo&Gafuri, 2017) “el libro de las hormigas” (Editorial Leviatán 2020) y “acúfenos” (kriller71ediciones 2022 – versión ampliada y bilingüe catalán- castellano) 






 


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