miércoles, 24 de julio de 2013

EUGENIA CABRAL


EUGENIA CABRAL



 GOLPEA las palmas de las manos contra la pared.
Ahora empuja, empuja hasta voltear la pared.

Debes hacerlo cual héroe mitológico.
Piensa en lo que amas y en lo que odias. Y empuja.

Como un campeón a punto de perder el título. Un poco más.
Piensa en toneladas de seres humanos sobre tu espalda.

Del otro lado está cautiva tu amada, tu Paraíso.
Empuja. Un poco más.

Ya está. Ha caído, otra vuelta, una pared.
¿Ves que tal muro infranqueable no existía?

Ahora ambos quedamos de un mismo lado,
en el reverso del muro imaginario.




  Eugenia Cabral
De Códice, poemario inédito






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